Alimentación complementaria y destete
Cuando la leche materna deja de ser suficiente para atender las necesidades nutricionales del lactante hay que añadir alimentos complementarios a su dieta.
La alimentación complementaria debe introducirse en el momento adecuado, lo cual significa que todos los niños deben empezar a recibir otros alimentos, además de la leche materna, a partir de los 6 meses de vida. La alimentación complementaria debe ser suficiente, lo cual significa que los alimentos deben tener una consistencia y variedad adecuadas, y administrarse en cantidades apropiadas y con una frecuencia adecuada, que permita cubrir las necesidades nutricionales del niño en crecimiento, sin abandonar la lactancia materna.
La OMS recomienda que los lactantes empiecen a recibir alimentos complementarios a los 6 meses, primero unas dos o tres veces al día entre los 6 y los 8 meses, y después, entre los 9 a 11 meses y los 12 a 24 meses, unas tres o cuatro veces al día, añadiéndoles aperitivos nutritivos una o dos veces al día, según se desee.
QUE SE DEBE VALORAR PARA INTRODUCIR ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS
Hay aspectos que debemos tener en cuenta antes de introducir cualquier alimento diferente a la leche materna: Algo importante es la presencia de reflejos de alimentación: succión, deglución, protrusión (que desaparece entre 4 y 6 meses y que defiende al bebé de otros alimentos escupiendo todo lo que recibe en el tercio externo de la lengua). También se debe valorar que existan movimientos de masticación, que aparecen entre 5 y 9 meses.
La producción enzimática del páncreas, amilasa y lipasa, aparecen hasta los seis meses, también se debe tomar en cuenta la maduración de transmisores y receptores humorales para gastrina, colecistoquinina y motilina, indispensables para la digestión.
La filtración glomerular desde el nacimiento y hasta los seis meses sólo funciona al 25% y posteriormente tarda otros seis meses en llegar a 60-80% de su función, aunque la asimilación de fosforo, calcio y magnesio sea adecuado, no se debe forzar al riñón a una maduración que puede dañarlo.
El desarrollo neuromotor es otro aspecto fundamental, ya que para iniciar la ablactación el bebé ya debe permanecer en posición vertical (sentado) con un adecuado sostén cefálico, columna vertebral erguida y también debe ser capaz de pasar objetos de una mano a otra.
¿qué impacto tiene un destete súbito en la psique del niño?
El amamantamiento no sólo posee un valor nutricional. Para el bebé, el pecho de su madre es afecto, consuelo, seguridad y comunicación entre la madre y el hijo.
Evitar el destete precoz supone evitar también los problemas que éste conlleva. Si el niño no está preparado, finalizar la lactancia puede generarle inseguridad, ansiedad o estrés.
Un destete brusco y prematuro puede ser el origen de sentimientos de inseguridad perjudiciales para su equilibrio psicológico, al obligarlo a afrontar una independencia de su madre incompatible con su estado de madurez.
Los niños destetados ‘antes de tiempo’ son más vulnerables, tienen menor tolerancia a la frustración y, en algunos casos, menos habilidades en procesos psicológicos.
La lactancia prolongada al niño le mejora el desarrollo intelectual, las habilidades motoras, lenguaje y agudeza visual; efecto protector durante las etapa vulnerable de 2 a 6 años; disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular, obesidad y mala oclusión dental; a la madre disminuye riesgo de osteoporosis, enfermedades crónica y cáncer de mama, la liberación prolongada de oxitocina mejora la capacidad de escucha y la tolerancia
FUENTES:
http://www.who.int/nutrition/topics/complementary_feeding/es/
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